Muchas veces pasan meses sin hablar con ella, y siempre te entra la duda de que todo ha muerto. Te intentas auto-convencerte de que todo ha muerto, te intentas engañar a ti mismo, intentas pensarlo, creertelo, llamadlo como querais... y sin embargo, el dia menos pensado te la cruzas frente a frente, te detienes y comienzas a hablar con ella de algo que realmente no importa. "-¿Que tal tu vida? -Bien, ¿y tu?" Posiblemente la más absurda de las conversaciones, pero dentro de lo que tu boca y el alcohol que corre dentro de ti son capaces de decir, tus ojos se clavan en los suyos, sus ojos en los tuyos, y te das cuenta de que posiblemente esa cordial charla a ella tampoco le importa. Se olvida el tiempo, se olvida el dolor, vuelven los sentimientos que los dos nos habíamos empeñado en ocultar en lo más profundo del olvido... Abrázame! dicen nuestras miradas, rodeame con tus brazos y pega tu cabeza contra mi pecho, hazme sentir cómodo, hazme recordar, hazme sentir aquello que por un momento llegué a llamar amor. Es algo irresistible, algo que ninguno de los dos nunca hemos sido capaces de negarnos a pesar de todo y que jamás hemos necesitado pedirnos, pero que siempre hemos necesitado tener.
Tardé demasiado tiempo en saber como se llegó a sentir ella. Fuí egoista y nunca siquiera intenté comprender que perdió la segunda oportunidad que una parte de su vida le dio sólo por mi culpa. Jamás sentí remordimientos, jamás me sentí la mala persona que debí haberme sentido, tan solo me autocompadecía, y nunca siquiera pensé en que ella se podría sentir igual o peor de lo que yo me sentía.
Sabía que yo habría sido capaz de darlo todo por ella, estoy seguro de que lo sabía. Estoy seguro de que por un momento ella me dió una oportunidad más allá de esos cálidos e inolvidables 2 minutos bajo el frio y la lluvia. Estoy seguro de, que de alguna manera, ella pudo sentir por mi algo similar a lo que yo sentí por ella.
Nunca se si ella derramó alguna lágrima, no se si lo hizo por todo lo que también perdió, por todo lo que pasó, o por ponerse un momento en mi lugar y darse cuenta de que yo también había perdido mucho más de lo que merecía... no se si por orgullo, por mala cabeza o por poner a prueba a gente que no había dado motivos para ser puesta a ello. Cuanto egoismo y cuanta maldad, sinceramente, y qué estúpida manera de destrozar tus lazos con el mundo que te rodea.
Siguen pasando los meses y todo está como he descrito, te olvidas, tratas de negarte a ti mismo y vives tu vida, feliz, rodeado de nuevas oportunidades, gente que quieres, objetivos cumplidos y por cumplir, y por casualidades de la vida, la tienes a 10 metros en mitad de una manera de gente. Tu mirada se posa con frialdad sobre ella, y ella en cambio no te ve, o hace como que no te ha visto. Tú, al contrario de la bondad que siempre ha tenido ella, sientes escalofríos, repudias siquiera saludarla y volver a tener esa estúpida y repetitiva conversación: "-¿Que tal tu vida? -Bien, ¿y tu?". Eres despeciable... han pasado muchos meses y no has aprendido nada. Sigues dudando de esa sonrisa que ella siempre te ha ofrecido aún sin merecerla o aún sin apetecerle, sigues teniendo miedo por algo que te has empeñado en matar y enterrar... Y tras la fria e intimidatoria mirada que has aprendido a mostrarle al mundo, sigues teniendo miedo de mostrarte a tí mismo, que a pesar de todo, no eres capáz de negar ese cariño que por alguna razón todavía sigue ahí.
Ella lo sabía... tu lo sabías, ella sabía que tu lo sabías y tu nunca supiste que ella lo sabía...
hola, gracias por escribir esta nota la descubrí hace unos años y cada que ves que mi mundo se cae lo leo y releo y me da paz&tranquilidad c:
ResponderEliminar