Diario de Rosarch, 12 de Octubre de 1985.
Esta mañana me he encontrado un cadáver de un perro en un callejón, tenía una marca de neumático sobre su tripa reventada. Ésta ciudad me teme, he visto su verdadero rostro. Las calles son alcantarillas alargadas, y esas alcantarillas están llenas de sangre y cuando se forme una costra en los desagües, todas las alimañas se ahogarán suplicando por sus miserables vidas, suplicando por esa salvación y ese descanso eterno que el infierno jamás les dará.
La mugre acumulada de tanto sexo y tantos asesinatos les cubrirá con su espuma hasta la cintura y todas las putas y los políticos alzarán la vista y gritarán:
- Sálvanos!
Y yo susurraré: No...
El mundo entero está apunto de presenciar una auténtica sangría. Con tantos liberales, independentistas, intelectuales y charlatanes. Y derepente a nadie se le ocurre nada que decir. Nada que expresar, nada con lo que dirigirse al mundo, nada con lo que reconducirnos a otro estilo de vida... ninguna idea, ninguna filosofía... solo dejaremos por estandarte la ley del más fuerte, el que sobrevive a costa de la vida de los demás.
A mis pies esta horrible ciudad chilla como un matadero lleno de niños retrasados y la noche apesta a sucia conciencia, como una orgía de alcohol y sexo en la cual todo el mundo disfruta sin pensar en lo que podía ocurrir en ése momento a ninguno de sus semejantes..
Esta noche un comediante a muerto en la ciudad.
Edward Blake, el Comediante. Nacido en 1918, enterrado bajo la lluvia asesinado. Es eso lo que nos espera?
No hay tiempo para los amigos, sólo los enemigos nos dejan rosas en la tumba. Vidas violentas con un fin violento.... así es y así siempre será.
Blake lo entendía.... El resto del mundo nunca será capaz de hacerlo.
Los humanos son de naturaleza salvaje. Por mucho que intentes adornarlo, disfrazarlo... Blake vió la verdadera cara de la sociedad y escogió ser una parodia de ella, un chiste.
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