.... "Desde muy joven éste modesto hijo de campesinos rusos, tenía una cosa muy clara en su mente: Debía cambiar a su amada Rusia, debía evitar que el Capitalismo y el Fascismo se hiciesen con el control del pueblo, y esto, le repuso pronto un ideal revolucionario en inconformista, que el joven Vladimir empezó a propagar desde muy temprana edad.
A pesar de que los medios eran pocos, y Vladimir pasó la mayor parte de su infancia trabajando en el campo con sus padres, muy pronto, Vladimir decidió dejarlo todo y mudarse a Minsk con un par de camisas limpias y un poco de dinero en el bolsillo. No volvió a saber de sus padres ni sus hermanos en mucho tiempo, y decidió alistarse en un partido revolucionario de ultra-izquierda mientras hacía varios trabajillos para poder sobrevivir… fueron unos comienzos muy duros para Vladimir, hasta que un día conoció a un alemán llamado Roger Vôller, el cuál le hizo plantearse, que la solución para esa consumida y asquerosa Rusia empezaba por la revolución, y por el sacrificio de muchos cerdos que lo único que querían era explotar a la madre Rusia y sus trabajadores.
Rápidamente, Vladimir formó lo que se conoció hasta hoy dia como el “Grupo Revolucionario”. Una pequeña pandilla callejera cuyos actos más reseñables eran los asesinatos a sangre fría de miembros del gobierno ruso, atentados contra los principales edificios del Parlamento y el Estado y varios actos vandálicos. Con el tiempo, y gracias a la financiación de Roger Vôller y sus socios, lo que empezó siendo una pandilla local de Minsk armados con palos, piedras y cocteles Molotov, acabó convirtiéndose en un pequeño ejército, el cuál empezó una guerrilla contra el gran ejército ruso basada en el sabotaje y el espionaje. Eran muy pocos hombres, es cierto, pero como decía el propio Vladimir Smirnov: “Cada uno de mis hambrientos hombres tiene el valor de 100 cerdos rusos” Cada vez, la fama de “Vladimir el Rojo” fue creciendo, y cada vez más adeptos, principalmente campesinos y trabajadores, seguían la causa del Rojo y su revolución, hasta que un día, Irina Golubev, una joven adinerada, seductora e inteligente, caló hondo en el corazón de Vladimir, y éste decidió convertirla en el cerebro de la revolución.
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Sin saber todavía como, Vladimir el Rojo, convenció a Yuri Ivanov para que se uniese a su revolución, un Ex Teniente del ejército, el llamado mejor estratega de toda Rusia, que contaba además con un ejército fiel, que rápidamente se puso a las ordenes de la Revolución, sin apenas hacer preguntas, algo que desagradó a su socio alemán, por lo que Roger Vôller dejó de apoyar la Revolución de Vladimir el Rojo desde las sombras y jamás se supo nada de él.
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Finalmente, la Revolución tuvo éxito, y la Dictadura Comunista con Vladimir Smirnov al frente, se convirtió en una realidad en Rusia, pero los demás países europeos no vieron la nueva instauración del comunismo con buenos ojos, por lo que a Vladimir, y a su secretario de exteriores Andrey Kozlov no les quedó más remedio que empezar a negociar con otros países con miedo (y recelo) de una posible ofensiva internacional contra su debilitada Rusia."....
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